MA, las iniciales con las que todos te conocíamos, son también las de Maestro y Amigo. Has sido todo eso y otras muchas cosas para tantos de nosotros. Supiste hacer de la debilidad tu fortaleza, aprendiste y enseñaste a sufrir, porque las dificultades fueron las que te hicieron crecer, hasta conseguir que tu debilidad y tu fortaleza fueran precisamente tu seña de identidad y fueras siempre para todos nosotros un ejemplo a seguir.
Fuerte en tu debilidad y débil en tu fortaleza, MA te nos has ido, al final nos has dejado atrás, pero nos has enseñado el camino, el que tú abriste con tu paso fatigoso y decidido. Ya te tocaba descansar, amigo, nos llevabas a todos con la lengua fuera. Eras tan bueno, con un corazón tan inmenso, que todos queríamos tu compañía, y ahora estamos desorientados, no sabemos qué hacer con esa cerveza que todavía tenemos pendiente contigo.
No sabría contar cómo mirabas a los ojos, con esa mirada tan viva, tan limpia y grande, que pedía y que daba al mismo tiempo, esa mirada abierta, generosa y cómplice que nos ganaba, que nos hacía incondicionales tuyos. Tu mirada era húmeda y brillante, cálida, de fuego, latía. Llevabas el corazón en la mirada, Miguel Ángel.
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Miguel Ángel Alcalá Llorente fue intensivista de vocación. Amó su trabajo y a su familia, amigos y compañeros. Trabajó y trabajó. Transmitió entusiasmo y optimismo a todos los que le conocimos. Fue entre otras muchas cosas cofundador de la Revista Electrónica de Medicina Intensiva y del Grupo de trabajo de Internet de la SEMICYUC.
Eduardo Palencia Herrejón
REMI, http://medicina-intensiva.com. Noviembre 2019.