¿Se debe prescindir de la opinión del intensivista al diseñar reformas o renovaciones de una UCI envejecida? ¿Te parece útil participar en el trabajo del arquitecto que diseña un nuevo hospital, para ayudarle a considerar mejor tus necesidades clínicas, reduciendo los imprevistos, los olvidos o las incongruencias? He aquí una breve "guía" que orientará tu deseo de mejorar, el resultado arquitectónico final de la futura UCI.
Un abrazo y muchas gracias,
Luis Fernández Yárritu
Servicio de Urgencias y Cuidados Intensivos. Hospital de Galdácano
Servicio Vasco de Salud. Osakidetza
1. Diseño y gestión de la UCI
En Medicina Intensiva no disponemos de datos que muestren relación entre estructura física y resultados asistenciales, pero renovar el escenario induce notables mejoras en la gestión. Una estructura física obsoleta no produce necesariamente cuidados deficientes, pero alimenta ciertas debilidades funcionales y sirve de excusa para pérdidas de calidad.
Foto 1. UCI reformada en el 2002, consta de un rectángulo con dos hileras paralelas de boxes con iluminación natural. El eje mayor contiene accesos longitudinales y áreas de apoyo al servicio de las dos áreas de control de enfermería, una para cada hilera. Foto de 180 grados desde el centro geométrico.
Foto 2. Foto de los restantes 180 grados que completan, junto con la anterior, una visión casi global del área asistencial desde su eje mayor. Se trata de un rectángulo cuyos lados mayores contienen dos hileras de 8 boxes con luz natural.
La UCI - al igual que otras unidades - debe renovarse cada cierto tiempo, teniendo en cuenta la evolución de su demanda, los cambios de su entorno, su desgaste físico, así como la caducidad de sus instalaciones y equipos.
Beneficios directos, como la reducción de la infección adquirida, sirven como argumentos “locomotora” que “tiran” de la reforma, permitiendo incorporar otros que, por sí solos, recibirían menor audiencia, tales como confort ambiental, privacidad, aseo, motilidad, acompañamiento, descanso de pacientes y atención a familiares.
Otros objetivos más alejados del paciente, como áreas de trabajo médico y de enfermería, producen beneficios indirectos, al aumentar la satisfacción y el estímulo de los profesionales, incrementando la calidad final de los cuidados.
Aceptada nuestra propuesta básica de reforma, habrá que hacerla eficiente sumándole objetivos en vez de demorarlos. Es tal el esfuerzo y tantas las molestias, que merece la pena extraer el máximo de una obra hospitalaria, evitando tener que repetirla poco después.
2. UCI nueva o reforma de la vieja
El diseño de una UCI, como parte de un nuevo hospital, es una situación infrecuente. También resulta inhabitual extender un viejo hospital, añadiéndole un nuevo edificio anexo, que aporte superficie para la nueva UCI u otras unidades.
Nuestra participación en el diseño -en ambos supuestos- no presenta especiales dificultades, porque no habrá interferencia con la actividad asistencial ni tampoco limitaciones estructurales previas, provenientes del viejo edificio. Culminada la nueva UCI, solo quedará mudar los pacientes desde la vieja.
Nuestro papel se limitará a redactar un programa de necesidades “madrugador”, completo, ordenado (esquemas, diagramas y algoritmos) y bien documentado (fotos, videos, visitas), asegurándonos de que va ser aceptado.
Al diseñar una nueva UCI dentro de un nuevo hospital, las demandas de otras unidades tenderán a invadir o reducir las nuestras. En ese caso requeriremos estrategias imaginativas, alianzas y/o sinergias, para defender nuestro proyecto de los ataques de competidores o detractores.
Dada la antigüedad de nuestro parque hospitalario, la mejor alternativa para modernizarlo es hacerlo poco a poco, encadenando reformas parciales que no interrumpan la asistencia, con un coste asequible y un impacto mínimo sobre el resto del hospital. Estas previsiones suelen analizarse en documentos de gestión, denominados “Planes Directores de Obras”, aunque a veces son inverosímiles o desfasados o, simplemente, existen para cumplir la apariencia.
Foto 3. Detalle de nuestra Urgencia, reformada el mismo año que la UCI. En la foto se aprecia el puesto de control médico y de enfermería, de un área de 24 boxes concéntricos. Aquellos más inmediatos al control (cerrados con cortina azul clara), disponen de monitorización para vigilancia (TA, ECG, Sat%O2) dentro y fuera del box, integrada con la monitorización de la UCI adyacente.
3. Estrategia y logística de la reforma
Mantener la terapia intensiva mientras dure la reforma de la UCI obligará a disponer dos escenarios independientes y simultáneos, uno donde acoger las obras de la futura UCI y otro para mantener la asistencia hasta finalizar la reforma. La complejidad organizativa variará con cada caso, desde la separación total de los dos espacios referidos, pasando por diversos grados de proximidad y relación entre ambos, con sus contextos y particularidades.
Cuando esos dos espacios sean adyacentes o solapados entre sí o con otras unidades, el arquitecto fragmentará el escenario previo y descompondrá su reforma en varias fases, planificando cuantos trabajos de sectorización, adaptación y protección de los escenarios implicados, sean necesarios.
Foto 4. Detalle de un pasillo de acceso, que separa una hilera de 8 boxes y su correspondiente control de enfermería, fragmentado en tres partes, por cinco pasos transversales que conectan con otro pasillo paralelo e idéntico frente a la otra hilera con los 8 boxes restantes. La abundancia de muros acristalados y la escasez de barreras aumentan el control visual opcional desde fuera y dentro de los boxes.
Lograr una reforma sin interrumpir la asistencia, es posible incluso en situaciones muy adversas, adoptando las medidas de apoyo que se necesiten. No obstante, la reforma más habitual suele encajar en alguno de los tres modelos estratégicos siguientes:
3.1.1.- Diseño de nueva UCI reformando una vieja, que obliga a vaciarla para las obras, habilitando algún otro escenario donde trasladar la asistencia mientras tanto, hasta regresar al mismo emplazamiento ya renovado. Exige dos mudanzas y un escenario adicional.
3.1.2.- Diseño de una nueva UCI cambiando su ubicación, solo exige una mudanza desde la vieja UCI a la nueva, una vez concluida. No requiere escenarios provisionales pero sí un espacio de acogida, distinto de la vieja UCI, donde construir la nueva.
3.1.3.- Situaciones mixtas, con dos supuestos predominantes:
A. Ampliación de una vieja UCI, aumentando su superficie final al reformarla, mediante su extensión y redistribución, gracias a la suma de espacios adyacentes, bién disponibles previamente en el hospital, o por incremento del tamaño de éste, mediante nuevas construcciones anexas.
B. Reforma sin ampliación de una vieja UCI, solo posible mediante fases sucesivas, fragmentando su espacio en tantas partes como sea necesario, utilizando apoyos de otros escenarios del hospital para hacerla viable, bien acogiendo provisionalmente parte de la asistencia o apoyando necesidades logísticas de la obra.
En todo caso, se requerirá un aislamiento estricto de las áreas afectadas, incluyendo la segregación e impermeabilización de instalaciones, comunicaciones y circulaciones de personas y materiales, separando rigurosamente obras y asistencia.
Cuando los inconvenientes aludidos se hacen extremos pueden llegar a bloquear la reforma, lo que supondrá un desafío de gestión para el intensivista que deberá encontrar una solución, junto a gestor y arquitecto, quienes aceptarán una intervención compleja, solo si la UCI se corresponsabiliza y es capaz de ofrecer una vía para el consenso, que encaje todas las piezas del “puzzle”.
4. El programa de necesidades
Representa el documento de partida de todo proyecto, que recoge las aspiraciones y deseos, descritos con detalle, orden y claridad. Dicho documento ha de ser referencia formal para el arquitecto, porque define y explica todas las necesidades, estableciendo su ubicación, sus dimensiones, relaciones entre espacios anexos, requerimientos de iluminación natural, de accesibilidad, de instalaciones, de mobiliario y equipamiento.
Foto 5. Puertas automáticas correderas de doble hoja de cristal, comunican boxes y pasillo asistencial. Dos brazos por cabecera de box, el más cercano al control de enfermería con monitor orientable y el otro para asistencia respiratoria. La simulación debe asegurar habitabilidad y holgura de paso, cruce y giro de camas y equipos en pasillos, puertas de entrada a boxes y en el interior de los mismos.. Simular la hipótesis más desfavorable, reforzando zonas de contacto con protectores anticolisión o materiales resistentes.
La enumeración de necesidades deberá realizarse explicando la misión de cada espacio (áreas asistenciales, áreas administrativas, áreas de apoyo, áreas de visitas e información a familiares, etc.) con la superficie mínima requerida, su mobiliario, sus equipos e ingeniería.
Como si diseñáramos nuestra propia vivienda, deberemos enumerar todas las salas, su contenido, orientación, iluminación, dimensiones y comunicaciones, sin olvidar nada, por secundario que parezca.
Cambios o añadidos fuera de plazo, dañan el equilibrio presupuestario y pueden no prosperar. No es fácil alcanzar las necesidades básicas, como para que se acepten caprichos.
La calidad del programa legitimará nuestra reclamación de incumplimientos pero, al mismo tiempo, habilitará el rechazo de propuestas no incluidas en aquél.
Foto 6. En la fachada posterior de boxes se aprecia fachada exterior que permite iluminación natural opcional, a través de un pasillo perimetral a cada hilera de boxes para visitantes. Este pasillo externo, obligado en nuestro caso por la normativa de evacuación, ofrece ventajas circulatorias pero consume mucha superficie, inicialmente disponible, que luego escasea para otras necesidades.
El ensayo virtual será útil antes de diseñar una nueva UCI. La enumeración de espacios y la ubicación en ellos de escenas simuladas con personas y equipos, ayudará a comprender y explicar el programa de necesidades. Las dimensiones de los escenarios, también su altura, deben facilitar las escenas de mayor complejidad, aportando un margen de seguridad, antes de ser trasferidas al dibujo definitivo del arquitecto.
Foto 7. Foto en diagonal desde un punto del eje central con una de las calles trasversales que comunican las dos hileras de boxes. Mostradores delantero y trasero del control de enfermería de ese lado. Detalle de mostradores auxiliares con armarios, lavabos y encimeras de trabajo, junto a uno de los dos accesos del almacén de fungible. Abajo, parte de una encimera con cajones para sueros.
Foto 8. Foto diagonal del fragmento medial de uno de los dos controles de enfermería, desde calle trasversal frente a uno de los accesos a farmacia. La habitabilidad aconseja integrar en los pilares todas las instalaciones posibles, para que no estorben.
Una simulación con aparatos (R-X, camas, carros, lámparas, etc.) y personas dentro de la UCI, especialmente al entrar y salir de los boxes, permite detectar “puntos débiles o disfuncionales” del diseño preliminar, mejorándolo.
Hay que “hacer hueco” también a objetivos no estrictamente asistenciales, como los administrativos, la prevención de incendios, la evacuación y la seguridad de accesos, la gestión de fallecidos, la privacidad, la información, el silencio, la calidad de los olores, el aseo de pacientes, la visita y estancia de familiares, la iluminación, la holgura de espacios y rincones para usos polivalentes, las barreras arquitectónicas, el cuarto de limpieza, los oficios, el estar de enfermería, etc.
Guardar espacio para estacionamiento y movilidad de camas, sillones y aparatos, aconseja anotar los problemas funcionales de la vieja UCI, para evitarlos en la nueva, sugiriendo al arquitecto soluciones bien ilustradas, con referencias visuales, especialmente en aquellos temas menos verbalizables.
Hay que guardar espacio libre indiferenciado, capaz de alojar “olvidos”. Y así a lo largo del periodo de diseño, preparando concienzudamente los sucesivos encuentros con el arquitecto.
5. El calendario
“Madrugar” equivale a promover y proponer la reforma desde la UCI y aportar el programa de necesidades, mucho antes de que empiece el trabajo del arquitecto.
Después, el arquitecto elaborará un primer trabajo de diseño llamado “estudio previo o proyecto básico” que deberá recoger nuestras ideas generales.
Tras la aprobación de ese documento, comenzará el desarrollo de contenidos concretos en el denominado “proyecto de ejecución o proyecto definitivo” que describirá todas y cada una de las acciones constructivas, redactadas en otros tantos párrafos, dotándolas de una medición geométrica y de un presupuesto de obra, la suma de los cuales señala el presupuesto definitivo.
Su adjudicación por concurso a una empresa constructora, marca el momento irreversible que impide introducir modificaciones, por implicar gastos y trabajos adicionales (demolición y reconstrucción).
Ni al gestor, ni al arquitecto, ni mucho menos al constructor, les sale gratis “desandar lo andado”.
Excepcionalmente, presupuestos cerrados aceptan alzas imprevistas “por causa mayor”. En algún caso, cambios justificados podrán ser aceptados en permuta por otras partidas presupuestarias anteriores, cancelándolas o empobreciendo sus calidades.
Foto 9. Cada hilera de 8 boxes dispone un mostrador de 20 metros de longitud, interrumpido por dos calles trasversales que lo dividen en tres partes. Desde la parte más central (en la foto) se gestiona el puesto informático, la subcentral de monitorización, comunicación-megafonía, control de gases, tubo neumático, aislamiento eléctrico de boxes, videoportero, y restantes instalaciones.
6. Puntos cruciales en la reforma de una UCI
Consideraremos críticos aquellos objetivos imprescindibles y determinantes para la asistencia directa, aquellos de especial complejidad constructiva o los que supongan riesgo de perjudicar al equilibrio global. También serán críticos los que supongan dificultad especial de comprensión funcional para el arquitecto o representen un parte fundamental del presupuesto.
Su influencia en el éxito del diseño, nos obliga a prestarles especial dedicación, desde su descripción hasta su solución “en el plano”. No son recomendables referencias lejanas y extravagantes, ni soluciones demasiado novedosas o poco contrastadas, ni tampoco las que “esclavicen” a grandes esfuerzos para su limpieza y mantenimiento.
Foto 10. Vista sobre el eje mayor del rectángulo que constituye la UCI, mirando a la puerta que comunica con el resto del hospital. En el extremo opuesto hay otra puerta que da a la calle (evacuación directa de pacientes a ambulancia), por donde se realiza el acceso de cuidadores y visitantes, existiendo vestuarios, aseos, salas de espera y despachos de información.
Veamos algún ejemplo:
6.1.- Superficie útil real.- Debemos saber diferenciar entre superficie construida, superficie útil deseable y superficie útil final.
La experiencia enseña que la superficie útil inicialmente prevista, termina siendo mermada al ocuparla instalaciones o mobiliarios no previstos (recordar ejemplo de cuadro eléctrico).
Esto puede terminar siendo grave si el escenario principal va perdiendo las dimensiones mínimas requeridas, sin poder dar cabida a nuestras demandas de espacio y función (paso y giro de camas, aparatos de especial tamaño o habitabilidad del box).
Es menos grave cuando, aún satisfaciendo las necesidades mínimas, se termina “traicionando” la estética y la habitabilidad (altura de techos, pérdida de camuflaje de maquinaria, iluminación natural, aislamiento, limpieza, etc.).
Foto 11. Al fondo izquierda entrada de personas y camas a la UCI , incluyendo carros de material que acceden directamente para reposición de fungible y farmacia. Detalle de encimeras anteriores frente a boxes distales. En los mostradores traseros hemos colocado equidistantes de los boxes 8 lavabos automáticos y dos quirúrgicos (uno en la foto), con jabonero y toallero.
Foto 12. Detalle de un box (todos son iguales), con brazos pero sin equipamiento, con puerta de cristal (en primer plano) y puerta de visitas (azul) cerradas con iluminación natural abierta. Opcionalmente los tabiques entre boxes pueden abrirse para ampliar la superficie del box, convirtiendo en esclusa el adyacente. Disponen de presión positiva-negativa y toma de agua para diálisis, en un registro camuflado en muro de separación. Se decidió no incluir mobiliario fijo ni lavamanos, dentro del box.
6.2.- Boxes.- Hay que estudiar con cuidado sus tres dimensiones, tamaño y emplazamiento, la posición de la cama, los movimientos en torno a ella, la funcionalidad final de los brazos, de las instalaciones y equipos dispuestos en cada cabecera, el acceso y circulación de visitas, el tipo de puerta, los sistemas de filtro en su climatización y su capacidad de aislamiento acústico, bacteriológico y de intimidad del paciente y su familia.
Hay objetivos inhabituales que también tenemos que considerar, como la presencia o no dentro del box de mobiliario, lavabo, aseo o inodoro extraible. Todo tiene sus ventajas e inconvenientes y hay que saber elegir.
Buscaremos la máxima seguridad en la monitorización del paciente, diseñando un sistema sencillo pero “garantista” y sin fisuras, que facilite la “externalización” de todas las alarmas hacia el control de enfermería, con box cerrado, que minimice las falsas alarmas y el descontrol acústico.
La ingeniería destinada a la lucha antibacteriológica merece un estudio muy detallado (distribución e intercomunicación entre boxes, aislamiento de pacientes con o sin exclusas, barreras de presión positiva o negativa, métodos de limpieza de espacios y equipos, climatización individual, lavamanos sin contacto, gestión de materiales contaminados, lavadoras desinfectadoras de chatas y otros materiales, circuitos limpio-sucio, etc.).
Foto 13. Mostrador medial de uno de los dos puestos centrales de enfermería, existentes por cada 8 boxes. Máximo acceso visual sobre monitóres periféricos y sobre pacientes. Un mostrador auxiliar trasero, donde se apoyan equipos u objetos, permite tener el mostrador delantero diáfano. Todo el cableado debe transcurrir camuflado, siendo instalado desde el comienzo de la obra.
6.3.- Area y control de enfermería.- La UCI es un escenario con un actor principal: la enfermería. Sus necesidades tienen que diseñarse con su participación, ya que la reforma permite cambios para mejorar los hábitos y los procedimientos de cuidados, aunque afloren contradicciones.
Un aumento de la superficie, por ejemplo, es bueno en si mismo peroalargará los recorridos de los profesionales.
Las distancias han de aumentar pero, la gestión de desplazamiento de personas y aparatos, ha de ser optimizada por el diseño, evitando los excesos o paliándolos, aumentando la cercanía y la accesibilidad de espacios de apoyo (aseos, farmacia, fungible, tubo neumático, oficios, etc.).
En el modelo español, el diseño del control de enfermería, debe “pecar” de amplitud espacial y visual, de manera que cada grupo de boxes disponga, frontalmente y cerca, de una puesto de trabajo que aporte transparencia y versatilidad, para hacer eficiente la monitorización y la vigilancia recíproca de control y boxes (los pacientes desean ver a sus cuidadores cuando está fuera del box).
Foto 14. Foto desde la entrada a la UCI. De frente pasillo de fungible, mesa de sueros, farmacia, aparataje y lencería, constituyendo el eje de apoyo a los controles de enfermería. A izquierda y derecha, pasillo de acceso a dos hileras de 8 boxes.
Foto 15. Hilera de 8 boxes, desde el centro del pasillo de acceso a los mismos, en foto distorsionada con falso ángulo de 90 grados.
Foto 16. Foto desde el box central de una hilera, mirando perpendicularmente a la otra hilera, a través de uno de los 5 pasos trasversales que conectan ambas. En el centro, mesa de sueros, a la derecha farmacia con enfermera en su interior, tras puesto de control con monitorización. A la izquierda almacén fungible, con mostrador y frigorífico integrado bajo encimera y armarios colgados de techo.
Existe otro modelo, habitual en EEUU y Europa del norte, que introduce mobiliario, oficio, farmacia y material dentro de cada box, en detrimento del control externo y disponiendo un minicontrol dentro de cada box..
El modelo español es interesante y mas barato, pues permite una ratio de enfermería más eficiente, al diseñar su escenario pensando para la sinergia y el apoyo cruzado entre los distintos puestos de trabajo, con flexibilidad y polivalencia en la gestión de las cargas.
Foto 17. Foto 180 grados que permite ver controles y boxes desde interior de farmacia, por sus paredes laterales acristaladas. De frente uno de los dos accesos a la farmacia, que accede a una mesa que almacena sueros en cajones laterales, detrás almacén fungible y al fondo acceso a UCI desde el hospital.
Nuestro diseño potenciará esa visión directa de pacientes y monitores desde el control externo, desde la farmacia, desde los pasillos de acceso, desde un box a otro.
La calidad asistencial se fomenta acercando el cuidador al paciente, lo que se consigue mediante transparencia visual y máxima operatividad entre control y boxes, incentivando la vigilancia visual, especialmente cuando existen cargas máximas y desiguales entre unos y otros pacientes.
6.4.- Ingeniería.- Este es un “ punto y aparte” especialmente crítico, al que hay que dedicar mucho tiempo y “a tiempo”, si queremos evitar males posteriores.
La práctica demuestra que, aún con el mejor arquitecto como responsable único de las obras, la ingeniería de instalaciones tan complejas como las de una UCI, consume una parte fundamental del trabajo de coordinación. Su utilidad no siempre esté probada o son más los perjuicios que los beneficios.
Climatizadores, filtros absolutos, propulsores y conductores de aire, con tamaño y coste descomunales, dañan la solución final. Informática, electricidad, gases o fontanería, con sus correspondientes cuadros de regulación, por no hablar de la integración y anclaje de los brazos de cabecera, pueden representar auténticos quebraderos de cabeza, incluso para el arquitecto.
El consumo presupuestario de las instalaciones tiende a crecer exageradamente, incluso durante la ejecución de la obra, mermando otras necesidades y sin producir ventajas reales.
A menudo no cumplen lo prometido y obligan a un indeseable gasto de mantenimiento y de corrección de disfunciones.
Foto 18. Conductos de nueva climatización, descendiendo desde cubierta por fachadas hasta distribuirse por techos de la UCI.
Imprevisiones del tamaño, ubicación o morfología de ciertas instalaciones (cuadros eléctricos o climatización), agudizan la escasez superficial, empobreciendo la habitabilidad y la accesibilidad, empeorando movimientos de equipos y personas.
Para evitarlo, será necesario frenar ciertas soluciones de ingeniería porque, prescindiendo del gigantismo y la versatilidad innecesaria, protegemos la estética y el confort funcional. Habrá que trabajar en el proyecto “dibujando con detalle” determinadas instalaciones para medir su impacto antes de aceptarlas, no dudando en desechar aquellas con grave riesgo sobre habitabilidad o presupuesto.
Aprobadas las instalaciones imprescindibles (climatización, informática, iluminación, comunicación, electricidad, gases, fontanería, brazos y mobiliario en boxes, etc.), deberemos priorizarlas determinando preponderancias de unas sobre otras evitando que, las menos importantes, invadan o perturben el espacio, la función y el presupuesto de las fundamentales.
Compatibilizar nuevas instalaciones con las viejas del hospital genera imprevistos técnicos y económicos, alimentando dependencias y servidumbres, como al actuar sobre instalaciones ajenas que atraviesan la zona de reforma y hay que respetar.
Reformar una vieja UCI obliga a resignarse a limitaciones y adaptarse a la estructura (los pilares), alturas, emplazamiento y comunicaciones (accesos escaleras, ascensores, puertas), o huecos de fachada (ventanas, escaleras de incendio) del edificio contenedor.
Todo ello puede limitar nuestras posibilidades para encajar el programa dentro de un recipiente geométricamente rígido. Incluso, la propia viabilidad de la obra, puede condicionar parte del diseño.
Foto 19. Detalle que ilustra el tamaño de los boxes, tomando la referencia de un grupo de cuidadores, durante una cardioversión.
6.5.- Equipamiento.- Un valor añadido de toda reforma es la oportunidad que supone para mejorar o sustituir el equipamiento.
Por tanto, todo programa de necesidades ha de incluir un subprograma de equipamiento (equipos de electromedicina, equipos asistenciales diversos, instrumentos de limpieza y desinfección, camas inteligentes, red informática herramientas de gestión clínica, sistemas de control de acceso y de comunicación, etc.).
La sustitución de equipos actuales por otros futuros (más pequeños y versátiles), llegará durante o tras la reforma y deberían encajar perfectamente.Hay que diseñar escenarios pensando en equipos de generación posterior (por ejemplo brazos de cabecera, bandejas y futuros respiradores).
Foto 20. Foto tomada desde el interior de la farmacia, con paredes trasparentes que permiten vigilancia de la unidad desde dentro, mientras se prepara medicación, tanto de boxes como de puestos de enfermería, con sus centrales de monitorización y otros sistemas de control.. El mobiliario de farmacia requiere sistemas de clasificación, encimeras , armarios, caja fuerte, frigorífico y cajonería diversa.
Foto 21. Foto desde calle que une las dos hileras de boxes, interrumpiendo el mostrador del mismo control de enfermería, evidenciando un ángulo visual amplio para vigilancia de boxes. Su fachadas interna y externa son transparentes y opacas, opcionalmente.
6.6.- Mobiliario.- Lo ideal es lograr que el arquitecto que dibuja la UCI dibuje también sus muebles, facilitándole toda la información y ayudando a reducir su esfuerzo.
Foto 22. Area de trabajo de médicos con 7 puestos. Existen además una sala de sesiones, un aula, un estar y dormitorios de guardia, dos despachos para jefes médicos, uno para supervisora, una secretaría, 2 salas de información y 3 esperas para familiares.
Siempre ayudará la ilustración con referencias de otras UCIs, aportando documentos gráficos que aclaren nuestra descripción escrita, incluyendo fotografías y videos. Si el arquitecto acepta “pasar a limpio” nuestros dibujos conseguiremos, con su oficio, asegurar coherencia entre espacios, muebles e instalaciones (tomas de electricidad, telefonía, interfonía, informática, iluminación natural o artificial, etc.).
Afortunadamente, buena parte del mobiliario clínico podrá ser incluido en la propia obra de reforma para fijarlo, y conectarlo a las instalaciones con el mayor grado de coherencia y compatibilidad entre objetivos relacionados.
La integración de muebles en techos, paredes y suelos, permite armonizar el diseño y rentabilizar funciones auxiliares de apoyo o almacenamiento, optimizando el concepto tradicional de armarios, encimeras o estantes, para lograr un mejor soporte a equipos e instalaciones. Para que el mobiliario funcione sin fallos debe estar incluido, en su mayor parte, en el proyecto del arquitecto y no “caminar” en paralelo a cargo del departamento de compras. Es clave una interacción cordial entre la supervisión de enfermería de UCI y el arquitecto, especialmente con el mobiliario asistencial.
Dr. Luis Fernández-Yárritu
Servicio de Urgencias y Cuidados Intensivos.
Hospital de Galdácano. Servicio Vasco de Salúd-Osakidetza.