REMI A131. El intensivista y las redes sociales (primera parte)

Serie web 2.0
1.- Pero ¿qué es una red social?

Las redes sociales no son un invento reciente, ni siquiera patrimonio del ser humano. Existen desde que determinados animales aprovecharon la ventaja para la supervivencia que suponía establecer grupos de colaboración. Pero en este momento de la evolución, cuando hablamos de redes sociales, solemos referirnos a las que utilizan internet como herramienta. A muchos de nosotros, hace solo dos décadas, nos resultarían inimaginables las posibilidades de comunicación que se están generando, y con ello facilidad para la formación, negocio y otros proyectos colaborativos. Es importante retener este concepto: internet es un excelente soporte para las redes sociales, pero la herramienta se puede utilizar provechosamente o no, de manera que tener una cuenta en Twitter, Linkedin o Facebook no proporcionará ninguna ventaja salvo que se utilice para formar un equipo con algún fin. En el apartado 2 hablaremos de los fines que habitualmente perseguiremos los sanitarios y de cómo podemos avanzar en este campo.

Existen numerosas aplicaciones que permiten establecer redes sociales o las facilitan. No pretendemos ser exhaustivos, sino proporcionar una base firme para el que quiera iniciarse u obtener mayor rentabilidad de ellas. Pueden utilizarse en ordenador o en PDA (del inglés personal digital assistant, asistente digital personal u ordenador de bolsillo):

  • Establecen redes sociales: Twitter, LinkedIn, Facebook, Foursquare, etc. Un individuo o empresa puede tener varias cuentas en cada una de las aplicaciones que hemos mencionado en función del uso. Por ejemplo: una cuenta destinada exclusivamente a asuntos profesionales, otra lúdica y otra corporativa (para la asociación científica que administra).

  • Facilitan la gestión de las redes sociales: Seesmic, HootSuite, Tweetdeck, Socialoomph… El que pretenda atender varias cuentas, en distintas aplicaciones, con distintos usuarios y distintas contraseñas, necesitará apoyarse en uno de estos gestores. Permiten seguir desde un único mirador varias aplicaciones de las anteriormente mencionadas, así como difundir de forma sencilla una misma información en varias cuentas que decidamos.

  • Otras herramientas útiles: almacenes gratuitos de información (Dropbox), almacenes específicos de fotos (Picasa, Flickr), documentos compartidos (Google docs), acortadores de direcciones de internet (Bitly), etc.

    Vamos a detenernos un momento en las habitualmente más utilizadas.

    · Twitter: basada en la difusión de mensajes con un máximo de 140 caracteres. La brevedad de los mensajes permite mantener una comunicación mucho más ágil y variada, pero el torrente de mensajes que se recibe precisa cierta disponibilidad de lectura y en ocasiones respuesta, por eso quien tiene una cuenta de Twitter suele disponer de una PDA. Para empezar a utilizarlo tendremos que dar de alta una cuenta. El usuario que decidamos, precedido de un símbolo de arroba (@) será nuestro identificativo. Cada mensaje se denomina tweet. El símbolo de la almohadilla (#) antes de un conjunto de caracteres o una palabra crea temas o eventos fáciles de buscar por los usuarios, dando así la opción de generar listas Twitter. En esta aplicación será especialmente útil el uso de acortadores de direcciones de internet con el fin de no sobrepasar los famosos 140 caracteres de límite. Podemos utilizar el ya recomendado Bitly o el incluido en algunas aplicaciones. Más información: en Wikipedia.

    · Facebook. Aunque muchos de nosotros empezamos considerándola como una red social para fines lúdicos, permite general también información profesional o científica con muchas más posibilidades que Twitter (textos más largos, fotos y vídeos directamente accesibles, conversaciones instantáneas -chat-, etc). Un mismo usuario puede disponer de una cuenta y ser administrador de varias páginas de Facebook. Se emplea con más frecuencia desde un ordenador, aunque pueda consultarse de forma sencilla desde una PDA. Más información en Wikipedia.

    · LinkedIn. Es la red profesional más utilizada en nuestro país. En este momento constituye el mejor escaparate de nuestro perfil profesional. Favorece los contactos laborales con personas a las que habitualmente no tendríamos fácil acceso. Más información en Wikipedia.

    · Seesmic. Actualmente gratuita y nuestra favorita, aunque las características de los gestores de cuentas cambian rápidamente y las preferencias se crean en función de las necesidades particulares. La aplicación tiene versiones de escritorio, web e instalables en iPhone, Android, BlackBerry y Windows Phone 7. Permite acceder y gestionar fácilmente cuentas de Twitter, LinkedIn, Facebook, Foursquare y otras aplicaciones que aun no hemos mencionado (Salesforce Chatter y Google Buzz). Dispone de acortador de direcciones propio. Más información en Wikipedia.

    · Dropbox. Un almacén de información gratuito si nos ajustamos a determinadas limitaciones de espacio y uso. Dado que las redes sociales suelen proporcionarnos información en río de noticias, de forma que las más antiguas resultan más difíciles de recuperar, debemos tener alguna estrategia de almacenamiento virtual (no ubicado en el sustrato físico que usamos en ese preciso momento, porque queremos recuperarla desde cualquier lugar). Dropbox estructura la información en carpetas que pueden mantenerse privadas o compartidas. Más información en Wikipedia.

    Problemas que pueden surgir al establecer redes sociales con herramientas de internet y formas de minimizarlos.

    · Sensación de imposibilidad de gestión de la información, que puede llegar al límite patológico conocido como infoxicación. Está causada por el afán de clasificar y almacenar todo lo que nos llega. Se minimizará si nos obligamos a decidir qué es lo que buscamos realmente en las redes sociales, almacenamos muy poco y prescindimos de “lo que sobra”, aunque aparente ser valioso. Puede ser útil reconsiderar periódicamente si interesa mantener los contactos y bloquear selectivamente, cuando sea posible (como en Facebook) aquello que no nos interesa.

    · Redundancia de contactos e información. Con frecuencia los mismos contactos y las mismas noticias nos llegan por varios medios. En algún momento deberemos decidir si nos merece la pena consultar todas las cuentas o si prescindimos de alguna.

    · Riesgo de difusión de datos. Tendremos que analizar detenidamente la configuración de privacidad de cada aplicación pero, como norma general, hasta que nos consideremos unos expertos, e incluso después, deberemos tener en cuenta que todo lo que escribamos es susceptible de llegar más allá de lo que pensemos.

    Si ha llegado hasta este párrafo y quiere utilizar las ventajas de internet para establecer redes sociales, empiece ¡ya! dando de alta una cuenta: de Twitter si dispone de PDA, de Facebook si utiliza con frecuencia los ordenadores no de bolsillo, de Linkedin si quiere establecer contactos laborales y difundir su curriculum y de Seesmic si se considera o quiere llegar a ser un usuario avanzado con múltiples cuentas.

    Nieves de Lucas García
    Hospital General de Tomelloso, Ciudad Real
    © REMI, http://medicina-intensiva.com. Agosto 2011.

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